Piano, piano...

"Piano, piano si va lontano" es un dicho italiano, traducido sería algo como "poco a poco se llega lejos", me quiere recordar al "despacito pero sin pausa" o como decimos en casa: "Como Cristobalete lento pero seguro".

Poco a poco me voy encontrando más a gusto en la ciudad, una ciudad de la que me empiezo a sentir parte, de la que voy reconociendo sus calles, su historia, su gente, sus lugares claves...

Poco a poco voy sintiendome más cómodo con el idioma, algo a lo que está ayudando las clases de italiano donde aprendo y me divierto a partes iguales. Hay un ambiente muy bueno y relajado, me recuerda mucho a las clases de la academia de inglés de pequeño, con deberes y todo.

Poco a poco voy pillando el rollo a muchos profesores, entiendo su forma de explicar y veo a dónde quieren llegar. La asignatura de Ottica Biomedica (no he faltado ni un solo día) me está resultando interesantísima, Nucleare II está siendo un repaso de relatividad (otra clase en la que disfruto mucho), de Laboratori di Electronica la semana pasada ya tuvimos el primer día de laboratorio (pensé que me había librado hace 2 años...) y con Mettodi Sperimentali voy casi obligado porque somos 3 en clase. Más me está costando seguir los cursos de Materia y Nucleare I, pero el objetivo de este año está claro y no puedo fallar.

Otra de las cosas que jamás pensé que fuera capaz de hacer era salir a correr diariamente... y, salvo contadas excepciones por la visita de mi hermana, no he faltado a mi cita diaria, llegando a los 10 km y teniendo como objetivo correr junto a mi padre la carrera Navideña por Valladolid. También estamos quedando a jugar al fútbol, ya hemos jugado dos partidos. Nunca pensé que con 400 Erasmus, fuera tan complicado juntar a 10 personas para echar una pachanga. Eso sí, ofréceles un botellón o pases para una discoteca, se apuntan hasta los de Siena.

La casa cada día la noto más acogedora, me he acostumbrado a estar aquí, a verla con gente que viene para cenar, para tomarse algo o para charlar. La tenemos bastante ordenada y limpia, el frigo casi siempre lleno, las habitaciones personalizadas (quiero decir que la habitación de Morate cada vez se parece más a la habitación de Morate, ¿comprendéis?) y entre nosotros tres todo marcha sobre ruedas.

Pero lo mejor de todo está siendo la gente que hasta ahora he conocido, esas amistades que he hecho aquí y que son muy importantes para mi. Día a día estamos conociéndonos mejor, se empiezan a fortalecer las relaciones y cada día nos encontramos más cómodos, surgen las primeras escapadas (primero cercanas por las ciudades del alrededor de Florencia) y se empieza a hablar de futuribles (Dublín en Saint Patrick´s, Croacia...). También me gusta comer en la mensa con nuestros amigos químicos y charlar con ellos en la sobremesa. Encontrarte por ahí con gente que conoces de los primeros días de florencia (o desde Valladolid) y ver qué tal les trata a ellos el Erasmus.

En definitiva, está siendo una experiencia fetén.

¡¡Un abrazo a todos!!