domingo, 11 de diciembre de 2011

De paseo por Cerdeña

Con mucho, mucho retraso llega esta entrada dedicada a la visita que hicimos a la isla de Cerdeña. Ya tengo recopiladas las fotos que acompañarán los próximos párrafos. ¡¡Va por ti mamá que sé que lo estabas deseando!!


Puede que haya pasado un mes, pero siempre que recuerdo algún momento de ese viaje no puedo evitar la sonrisa. Fue una gran experiencia y permitió conocernos mejor.
En términos generales decir que Cerdeña es una isla preciosa y paradisíaca... pero en invierno está muerta en cuanto a ambiente. Pero vayamos un poco más en detalle de cómo fue el viaje:

Salida de empalmada al aeropuerto de Pisa, después de disfrutar de una de las mejores noches del erasmus.

Nunca me había visto en ninguna parecida. Cinco mujeres (a cual más guapa y agradable) se atrevían a acompañarme en este viaje que tenía como primera parada Alghero. Dos noches en un apartamento tan genial como su precio.
Paseo por la ciudad que nos iba a acoger, con un bonito y pequeño casco histórico. El clima (tanto temperatura como la ausencia de lluvia) acompañaban, así que decidimos coger los coches y poner rumbo por la costa a visitar los escarpados acantilados de la zona noroeste de la isla.



Para nuestro segundo día en la isla madrugamos para hacer unos sandwiches y poder comer en uno de los pueblillos que habíamos señalado en el mapa: Tempio Pausania. Un pueblo encantador, de corte medieval. Muy pequeñito pero pasear por sus calles te hace reconocer que merece la pena recorrer las carreteras destartaladas y mal señalizadas de Cerdeña.
Tras la comida rumbo al Norte, en este caso nuestro destino: Castelsardo. Parábamos cada vez que algo nos parecía interesante, lo que nos permitió conocer algunos pueblillos y también encontrar esa iglesia que es una de las fotografías típicas en las guías de Cerdeña y que se encuentra en mitad de la nada.







Y al tercer día Manolo vino a nosotros. Un día de lluvia y muchos kilómetros por carreteras estilo Asturias hasta llegar a Cagliari, la capital. Parada en un puerto costero y llegada (bastante liosa) al albergue. Sin lugar a duda el mejor albergue en el que he estado. Tanto por calidad, como por precio, como por localizacion. A unos 100 metros de la playa. Era Sábado así que probamos a ver que tal de ambiente hay por la ciudad... pues niente di niente. Por lo que acabamos en la playita tomando unas cervezas y Manolo acabó bañandose en el mar. ¡¡Un valiente!!

Para el día siguiente cogimos de nuevo el coche para visitar la isla de Sant´Antioco donde acabamos cogiendo un ferry hasta la Isola di San Pietro donde recorrimos las calles de Carloforte, un pueblecito tan pequeño como bonito. Después de regreso al albergue todos nos fuimos a la playa a tomar unas cervezas y ver nuevamente a Manolo pegándose un chapuzón.

 










Para el último día, que nos llevaría a dormir en el aeropuerto, decidimos visitar Cagliari, para salir a media tarde de nuevo hacia Alghero para devolver los coches allí y regresar a casa. Fue duro pasar la noche metidos en los coches hasta que abrieron el aeropuerto, pero creo que los 7 regresamos a casa contentos después de este gran viaje y con la sensación que Cerdeña debe ser sensacional en verano.

Muchas gracias a todos los que hicisteis posible esto: Manolo, Silvia, Ana, Aran, Lucía y María.